‘Alea jacta est’; el término data de la Roma clásica, cuando Julio César atraviesa el río Rubicón con sus legiones, en ese momento ya no había marcha atrás.
En los últimos meses hemos visto a un Alejandro Armenta arrebatado, desbordado como nunca antes. Por momentos fuera de sí. Pero las expresiones y acciones del político de Acatzingo solo son el reflejo de la exaltación con que se conduce Ricardo Monreal Ávila.
La realidad es que el zacatecano es el agente que los adversarios del presidente López Obrador están utilizando dentro de la estructura de Morena.
Cada vez que AMLO habla de los conservadores, sus antagonistas, se refiere a esa oligarquía financiera, a la plutocracia mexicana que está operando una estrategia para empañar su gobierno. No tienen la fuerza para desestabilizar y mucho menos tirar al régimen. Por eso a lo único que pueden aspirar es a empañarlo, ensuciarlo, demeritarlo.
Lo apuntamos hace unos días, la guerra por el 2024 ya comenzó.
No podrán ir muy lejos, el mandatario está dispuesto a exhibirlos y desenmascararlos. La denuncia presentada por Santiago Nieto por la ‘guerra sucia’ es la prueba de que Andrés Manuel no permitirá esos golpes desde las sombras.
Los nombres de los adversarios del presidente son conocidos de manera pública; el frente se construyó desde el ‘Consejo Mexicano de Negocios’. Ahí están Coppel, Alejandro Ramírez, Germán Larrea, Eduardo Tricio, Claudio X. González, Alberto Bailléres, entre otros grandes capitales.
Debe subrayarse que ese es el frente que abiertamente enfrenta al ejecutivo. Pero desde el interior de Morena hay un agente que también está operando en contra de su propio líder.
Desde que Ricardo Monreal Ávila perdió el proceso interno en la Ciudad de México comenzó a incubar un velado, un reservado resentimiento en contra de Andrés Manuel. Con el tiempo la oscura inquina se ha vuelto visible.
Monreal quiere convertirse en el candidato de Morena en el 2024 y para ello está abierto a negociar con quien sea, hasta con los enemigos del Peje. Y por supuesto está dispuesto a enfrentarse hasta con el mismo presidente de la República.
Y es que pese a toda la animadversión, la tirria que se han volcado sobre la 4T, la realidad es que la oposición no tiene figuras fuertes rumbo al 2024.
El panismo está decapitado, su único líder Marko Cortés es un dirigente débil, carente de carisma y sin estrategia. Ni remotamente podrá llegar a la carrera presidencial. Por su parte el gobernador Javier Corral quedó rebasado y avasallado por la problemática de su estado.
El PRI solamente tiene dos cartas: el bloque tecnócrata apuesta por el retorno de José Antonio Meade, en tanto que el frente político cree que Osorio Chong tiene posibilidades.
De ahí en adelante ¿Qué otras cartas tiene la oposición? Los años de brutal desgaste tricolor y albiazul llevaron a esos partidos a la inanición, a la agonía de cuadros y protagonistas.
Lo cierto es que no tienen figuras para contender en el 2024. Por eso la oligarquía financiera busca un morenista mercenario, un agente que ya esté dentro del partido lopezobradorista y que pueda servir a los intereses de la plutocracia.
No buscarán por mucho tiempo. Ricardo Monreal Ávila tiene guardado ese reservado resentimiento. Además, jamás he negado las negociaciones que entabla en los pasillos del Senado. En su momento entró en componendas con el finado Rafael Moreno Valle y ahora -sin pudor y sin rubor-, se reúne a pactar con Osorio Chong o con Mancera.
En realidad el zacatecano no tiene lealtad, ni gratitud hacia López Obrador. Y si fuera necesario está dispuesto a enfrentarlo. Con esos rasgos de personalidad no tardará en convertirse en el candidato de Claudio X. González, Alejandro Ramírez y toda la élite financiera.
De ésta manera tendría recursos ilimitados en su puja por llegar a la carrera presidencial del 2024. Ya ha demostrado en incontable número de ocasiones que, sin problema, puede sentarse a negociar con los enemigos de López Obrador. ¿Por qué no habría de hacerlo con quienes le ofrecerán pagar su campaña con tal de que les sirva de la manera en que están acostumbrados?
La intención de Monreal es la de crear un cártel de gobernadores; un semilleros de ejecutivos estatales que sean su plataforma rumbo al 2024.
La tarde del domingo 17 de marzo Ricardo fue citado al Palacio Nacional. Ahí la esposa del mandatario se permitió participar en la reunión. Se le leyó la cartilla.
Pero es poco probable que el legislador entre en cordura. Tarde o temprano arrancará su proyecto personal. Él ya cruzó el Rubicón y no tardará en demostrarlo.
A tiempo.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com