Cada semana aparece otro tema para polarizar -aún más-, a la sociedad.
La premisa central apunta: “Nosotros somos los buenos y honestos, ustedes los pérfidos y corruptos; además cualquiera que no esté conmigo, está contra mi”.
Y para sostener esta tesis se recurre a cualquier tipo de argumento, se desatan polémicas donde no existen y se crean tormentas en base a modelos demagógicos. La semana pasada tocó turno al tema de la discriminación.
La esposa del presidente López Obrador, la señora Gutiérrez Müller se subió al ring de las redes sociales al descalificar la invitación que el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación, (Conapred), hizo al sarcástico comentarista Chumel Torres. El tema fue escalando. Las hordas lopezobradoristas se lanzaron a despedazar al polémico personaje, pero la esposa del mandatario no resultó ilesa de otro linchamiento.
El tema en nada abona a superar la exacerbada discriminación que existe en México. La remoción de Mónica Maccise Duayhe, titular del Conapred fue un desatino y un exceso.
Pero el fondo es que se sigue polarizando, dividiendo, fracturando a la sociedad mexicana, como parte de una deplorable estrategia.
La extitular de la Conapred representa un “desvarío” para la 4T; su error fue imperdonable y merece la guillotina política, además de la excomunión del régimen.
Sigue la premisa: “Nosotros somos los puros e inmaculados, tenemos la razón absoluta y ustedes deben ser defenestrados del paraíso”.
Cada semana surge otro tema más para polarizar a la sociedad. Es muy lamentable que se siga fracturando a los mexicanos en dos bloques; “nosotros los buenos, ustedes los malos”.
Hablar de un “Golpe de Estado blando” parece una exageración. Pero la realidad es que se están creando todas las condiciones para desatar una “Guerra Civil blanda”, una gran pugna intestina que siga confrontando a mexicanos contra mexicanos. Hasta niveles impredecibles.
En lugar de encontrar los puntos en que se pueda coincidir, los ejes que unan al país, se hace exactamente todo lo contrario.
Alianza con el Partido Verde es una señal de desesperación.
Si algo dejó en claro la alianza entre PAN y PRD, es que el agua y el aceite no pueden mezclarse. Ese tipo de alianzas, coaliciones y enjuagues fueron fatales para las propias agrupaciones.
Una sociedad cada día más informada y crítica se percató de la incongruencia, la pérdida de identidad y un burdo pragmatismo.
El tiempo fue diluyendo la identidad del albiazul y de plano sepultó la raquítica imagen del PRD. El agua se ensució y el aceite deja de ser útil.
Hoy aparece otra coalición absurda y anti-natura que tendrá fatales consecuencias. La alianza entre Morena y el Partido Verde es una grotesca aberración, solo comparable a la presencia de Manuel Bartlett en la 4T.
El PVEM es la gran prostituta de la política mexicana; ni es verde y mucho menos ecologista. Solamente enarbola falsas banderas y propuestas propagandistas, como la erradicación de animales en los circos, que devastó a las empresas circenses.
Morena de ninguna manera necesita del Verde, pero la medida nos habla de la desesperación y el pánico que tienen los dirigentes del partido de AMLO.
Agarrarse de un partido piltrafa solo describe el pavor que tienen los morenistas de perder gubernaturas y San Lázaro en el 2021.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com